12 de enero de 2015

La interculturalidad como proyecto ético-político e identitario

Diagonal. 8 febrero 2015.

Hablar de educación intercultural va mucho más allá de los cuestionamientos a los que nos vemos interpelados por la presencia de los hijos de inmigrantes dentro de “nuestro” sistema educativo. Por un lado, cuando hablamos de culturas pareciera que sólo somos capaces de pensar sobre aquéllas que provienen de fuera de nuestras fronteras geográficas, olvidándonos de otras culturas y subculturas internas (veganos, queers, hipsters, grupos religiosos minoritarios, entre muchísimos otros). Por otro lado, estamos acostumbrados a pensar en términos de culturas monolíticas, estáticas, esenciales, aparentemente imperturbables al paso del tiempo. De ahí expresiones del tipo “son ellos los que deben adaptarse a nuestra cultura” (¿cuál sería exactamente “nuestra cultura”?) o “que practiquen su religión en casa, pero que no vayan mostrando sus diferencias en nuestros colegios” (¿se consideran todas las expresiones de “la diferencia religiosa” de la misma forma o hay algunas “más molestas” que otras?).

 Mucha tinta se ha vertido sobre los diferentes modelos educativos puestos en funcionamiento a lo largo del tiempo en diferentes contextos geográfico-histórico-culturales como el asimilacionista francés, el multicultural norteamericano o los intentos interculturales canadienses. Nuestra intención no es hacer ahora un repaso de los mismos (para ello se puede consultar bibliografía como: Carbonell i Paris, 1995; Martín Rojo, 2004; entre otros) sino reflexionar sobre algunas de las implicaciones ético-políticas e identitarias del último modelo mencionado: la educación intercultural, entendiéndolo como una posibilidad más entre otras muchas....seguir leyendo

 

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